Se trata de una partícula elemental, cuya existencia ha sido recientemente refutada por la comunidad científica y que tiene una importancia clave a la hora de explicar cómo se origina la masa en el universo.
¿Qué es el bosón de Higgs?
Para entender el bosón de Higgs hay que citar primero el campo de Higgs, que está formado por un número incontable de bosones (particulas elementales según la física). Este campo se extiende por todo el universo y en él las partículas adquieren masa mediante una interacción en la que los bosones actúan como ‘mensajeros’.
En realidad, la masa no proviene de las partículas en sí, sino que, tal y como han demostrado los científicos, ésta es proporcionada por el bosón de Higgs. ¿De qué manera? En palabras del físico Etienne Klein: “Hay partículas que chocan permanentemente con bosones de Higgs. Estos choques frenan su movimiento, que se vuelve más lento, y le dan la apariencia de una masa”.
Valga para entender mejor de lo que hablamos el ejemplo del agua. Imagina que el Universo es una piscina gigante en cuyo interior los cuerpos encuentran una resistencia a la hora de avanzar. El agua es el campo de Higgs, lo que da masa: en ella partículas como la luz no tienen problemas de desplazamiento -carecen de masa-, los peces pequeños se desplazan con bastante velocidad -poca masa- y animales más grandes como los hipopotamos encuentran más dificultades -masa aún mayor-. Cuanto más resistencia, más masa. Cuántos más bosones atraiga una partícula, mayor masa.
El bosón de Higgs -también conocido como ‘La partícula de Dios’ o ‘La partícula divina’- debe su nombre al físico inglés Peter Higgs, uno de los autores que en la década de 1960 revolucionó la teoría de la masa en las partículas con sus teorías.
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