Hay días en los que te levantas y, después de analizar todo lo que te rodea viéndolo como una broma científica que nos ha preparado el universo, sientes como si un tsunami de dudas te arrollase y golpease dejándote K.O cual muñeca de tela rasgada.
Y no levantas cabeza en todo el día.
A veces me paro a pensar y a cuestionarme el porqué de muchas cosas y la verdad es que el arma más peligrosa que tenemos es nuestra propia mente. Aprovechándose de las dudas e incertidumbres que en ella acechan.
¿Somos sinceros con nosotros mismos... o vivimos compitiendo con las expectativas de los demás?
¿Y si somos abiertos y sinceros podría alguien amarnos de verdad?
¿Podemos tener el valor de compartir nuestros secretos más íntimos?
¿O en realidad somos imposibles de conocer incluso para nosotros mismos?
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