Desde hace unos meses me he interesado especialmente por el cáncer y como éste se desarrolla en nuestro o nuestros órganos. Por lo que me he ido informando y preguntando me he generado una idea, un concepto, que me ayuda a entenderlo mejor, así que lo explicaré como yo lo entiendo.
Todo cáncer es genético, porque lo que lo produce es una mutación, pero, ¿qué es una mutación? Una mutación es simplemente un cambio en la secuencia genética (conjunto de normas en la información que contienen las células) de nuestro ADN, o sea que una mutación cambia el orden normal de esa información genética que las componen. Las mutaciones pueden beneficiarnos o perjudicarnos, obviamente, si mejoramos nadie se va a quejar así que no son de interés médico, en cambio, las mutaciones que nos perjudican sí son de interés, ya que provocarán enfermedades.
En nuestro ADN hay dos tipos de genes relacionados con cáncer, son: Oncogenes y Genes Supresores de Tumor. Éstos, en condiciones normales, cumplen funciones de control de la división y crecimiento celular, o sea, están orientando a las células acerca del momento adecuado para dividirse y para dejar de hacerlo, así como hasta dónde deben crecer, por lo tanto, cuando una mutación afecta a este tipo de genes, dejan de cumplir su misión y pierden su capacidad de control de la división celular, lo que provoca la aparición del cáncer. Claro que, no sólo eso provoca el cáncer se necesitan más mutaciones para ello. Muchas mutaciones provocarán el cáncer y el exceso de ellas, la metástasis, es decir, la presencia de esas células cancerosas en diferentes lugares al que se originó.
Cabe destacar que las mutaciones pueden ser inducidas por ejemplo por los rayos solares, el tabaco, etc.
Y otra cosa importante es que no todos tenemos la misma probabilidad genética para desarrollarlo. Una persona que fuma puede no desarrollar nunca cáncer y otra que no lo ha hecho en su vida, sí lo padece.
En estos casos, la primera tenía una muy baja probabilidad genética y, a pesar de una exposición ambiental marcada, no desarrolló cáncer, en cambio la segunda caso tenía una probabilidad genética tan alta que sólo le bastó un mínimo estimulo ambiental para desarrollarlo.
"Es obvio que el propio cuerpo es nuestro enemigo..."
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