martes, 9 de octubre de 2012

La disonancia cognitiva


Hay días en los que me levanto más curiosa que otros, con ganas de saber, de aprender, de chupar quilos y quilos de información (¿serán quilos?... ¿litros? no sé). La cuestión es, que pensando en el día a día de mi vida y en las cosas absurdas que a veces me pasan, me he dado cuenta de que tenemos reacciones distintas a las que pensamos, o pensamos lo que no hacemos... así que me he dicho: "esta incoherencia tiene que tener un nombre..." y efectivamente, lo encontré como disonancia cognitiva.

El concepto de disonancia cognitiva, en psicología, hace referencia a la tensión o desarmonía interna del sistema de ideas, creencias y emociones (cogniciones) que percibe una persona al mantener al mismo tiempo dos pensamientos que están en conflicto, o por un comportamiento que no coincide con sus creencias. Es decir, el término se refiere a la incompatibilidad de dos pensamientos simultáneos.
El concepto fue formulado por primera vez en 1957 por el psicólogo Leon Festinger. La teoría de Festinger plantea que al producirse esa incongruencia de manera muy apreciable, la persona se ve automáticamente motivada para esforzarse en generar ideas y creencias nuevas para reducir la tensión hasta conseguir que el conjunto de sus ideas y actitudes encajen entre sí, constituyendo una cierta coherencia interna.
La manera en que se produce la reducción de la disonancia puede tomar distintos caminos o formas. Una muy notable es un cambio de actitud o de ideas ante la realidad, o dicho más llanamente, se expresa como culpa, enfado, frustración o vergüenza.

Un ejemplo cotidiano sería el fumarse un cigarrillo. Sabemos que es perjudicial para la salud pero aún así fumamos. La acción de fumar va contra nuestras creencias de que “queremos vivir una larga vida”. 
Ya hemos fumado (o lo seguimos haciendo). ¿Qué es más fácil, cambiar una acción del pasado (imposible) o un hábito (improbable), o cambiar nuestras creencias? la más fácil suele ser la tercera opción. Así que modificamos las que ya tenemos o quitamos importancia a las creencias incompatibles para mitigar la incoherencia "No pasa nada porque fume un poco. Ya lo dejaré más adelante”.
Podemos modificar nuestras creencias de muchas maneras pero el objetivo final es dar más valor a la acción elegida, en detrimento a la alternativa no elegida.
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2 comentarios:

Wow!! Realmente interesante la entrada me gustó mucho... y que conveniente que todo tiene un nombre ja... Por cierto, es irrelevante pero, has escrito "Quilos" que curioso jamás lo había visto así pero veo q es correcto.. Saludos.

Pues sí, existe. Y sí, curiosamente todo tiene su nombre. A todo hay que ponerle etiquetas y ser catalogado, sino... es algo desconocido o malo para nosotros.

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